lunes, 29 de junio de 2020

La situación de Pandemia a nivel mundial, desestabilizó a la sociedad en su conjunto, motivando que adquiera sentido pleno la conceptualización de"Aldea Global". Una experiencia vivida colectivamente, que nos llevó a todes a una experiencia de aislamiento obligatorio y preventivo, obligandonos- valga la redundancia- a mantenernos alejados y literalmente "encerrados" en nuestros lugares de residencia. Evito hablar de "hogar", por la connotación y la carga semántica que la palabra encierra, y que es para muches una irrealidad o, en el mejor de los casos una utopía , cuando reina la pobreza, la marginalidad y la exclusión. Las condiciones materiales de vida alteran cualquier intento de un "encierro" digno.

Entre las cotidianidades alteradas, la escuela, como espacio socio-cultural por excelencia, es uno de los mas fuertemente afectados. La suspensión de la presencialidad vino a plantearnos un nuevo escenario.

Nuestras prácticas pedagógicas, han adquirido un nuevo matiz, una nueva forma en todos los aspectos en los cuales puede describirse una clase convencional: desde las herramientas hasta los sujetos involucrados y el contenido a desarrollar.

Ante el desafio de una presencialidad abruptamente interrumpida, las nuevas tecnologías de comunicación e información, basadas en la digitalilzación virtual, se presentan como los dispositivos esenciales para seguir manteniendo el lazo pedagógico entre Escuela- Familias, Docente-alumno. Whatsapp, correo electrónico, Zoom, Googlemeet, Facebook, Classroom, fueron transformandose paulatinamente en los dispositivos basales para la continuidad de la praxis educativa.

El sendero trazado por todes, el desentramado que hemos llevado adelante involucrandonos en esta neorealidad, nos condujo a modificar nuestras miradas como docentes hacia distintos aspectos, antes cotidianos y hacia las diferentes interrelaciones existentes, a saber, con: les estudiantes, otres docentes, cuerpo institucional en su conjunto, coyuntura y entorno real.

"Lo cotidiano se vuelve mágico" dice una poesía de nuestro cancionero popular. Acá, lo cotidiano se ha vuelto una simbiosis de magia, misterio y desafio.

Las aulas, como espacio esencial de la Escuela, ese lugar donde se desenvuelve la tarea educativa diaria, ha mutado en nuevos espacios virtuales. La distancia entre los actores que gestan el acto de educar, han modificado dos elementos, que a consideraciones de Ines Dussel, han caracterizado a la institución escolar clásica: La escuela como potencialidad de Emancipación y el aula como espacio "otro". Si la escuela, es el lugar del encuentro, donde se descubre la "otredad", donde la socialización se fortalece cimentando la autonomía del sujeto, esta nueva escuela "virtual"..¿podrá cumplir la misma función???. La escuela se ha mudado al mundo de nuestras privacidades, de nuestras casas, derribando inesperadamente la barrera que separa lo público de lo privado. Tanto estudiantes como docentes, ahora nos encontramos haciendo en parte "publica" nuestra privacidad.

Y esa aula, como espacio distinto y diferente a lo cotidiano, como lugar "otro", se ha desvanecido en las imágenes y los sonidos de los dispositivos digitales. La virtualidad llegó para suplir una brecha, pero también para colonizar parte de nuestras prácticas.

¿Cómo lograr educar mas allá de los contenidos y las operatorias?.....¿Cómo retomar nuevamente ese valor y sentido simbólico de las aulas y la escuela, como lugar comunitario, como democratización de lo vivido, si lo virtual viene como herramienta para zanjar el distanciamiento?

Todo hasta podría ser mas sencillo, si auténtica y fácticamente, la democratización de los bienes y saberes culturales y simbólicos, tal se respira en la Ley 26206, fuese un hecho consumado. Ante los nuevos escenarios pedagógicos de la virtuliadad, las grandes injusticias quedan a la luz. Las desigualdades quedan a la vista, desenmascarando un mundo donde no todes tienen las mismas oportunidades y las mismas posibilidades de acceso a lo tecnológico. Pensar la virtualidad donde no existen celulares con buenas cámaras para capturar imágenes, o para grabar y escuchar audios, y donde no solo no existen computadoras o laptops. sino que por sobre todas las cosas, no hay conectividad, es simplemente agudizar las profundas brechas sociales. Acá radica el GRAN DESAFÍO...luchar por lograr una "Justicia Curricular", por los medios posibles e imposibles, por las realidades alcanzables y las utopías....Y pienso que en este aspecto radica la clave para pensar estos nuevos tiempos....

Tiempos de nuevas realidades, de nuevos desafios. La artista pensó que era posible descubrir y reproducir el color del río....pero la presencia de lo plural alteró su motivación...Descubrió, que "El" color no existe, y que al contrario, muchos de "Ellos" son los que componen la belleza sublime de esas aguas...Colores que van cambiando de tono, de matices, a medida que se ingresa en su espacio, en sus regiones no siempre visibles. Siguiendo los pasos de Candela, inspirados en su obra, el recorrido por ella realizado opera como metáfora de nuestro camino segmentado en etapas. Etapas que hemos realizado descubriendo en parte un nuevo mundo. No tan nuevo, porque muches de nosotres que hemos tenido oportunidades, conocíamos y operábamos con ellas. La novedad radica en que estas herramientas pasaron a transformarse en las exclusivas y únicas. Representa sumergirse en un mundo diferente, donde la palabra directa, la gestualidad, la presencia de nuestros cuerpos con los que hablamos, se encuentran mediatizados por lo tecnológico.

Nos fuimos descubriendo paulatinamente, y lo que parecía ser un complejo absoluto, fue mutando hasta transformarse en lo cotidiano. Al igual que le sucedió a la artista, se fue modificando nuestra pregunta e inquietud inicial, nuestros interrogantes y miedos. Ella descubre que no hay un solo color, sino varios....como nosotros descubrimos en esta etapa que son varias las formas de poder estrechar cercanías sin el uso de lo físico, de lo concreto, como experiencia fáctica.

El paradigma inicial ha sido alterado, y estamos en la hora de pensarnos desde otra óptica.

Pensarnos sin olvidar el rol de la Escuela y la práxis educativa: la emancipación y la liberación integral del ser humano, quien incluído en un sistema democrático, debe ser educado con calidad para que realmente, como acto de plena justicia, se involucren en el mundo de la cultura y la producción.